lunes, 31 de agosto de 2009

Op.XXII




No te compadezcas,
Hombre fortuito,
De andanzas descalzas,
De un aliento oculto tras las sabanas,
De manos sudadas,
De jugarretas a ciegas,
Como si no bastara tu oculto,
Silencio, tormento
En este vientre desnudo.

No te compadezcas,
Pequeñas siluetas, efímeras
Que golpean,
El ocaso de la madrugada,
Con pupilas enredadas,
Desvirtúas mis lágrimas,
Ni susurros emitas,
Presencia austera
Hombre.

Limosna,
Nadie pide, nadie obsequia,
Ni pan, ni techo,
Emponzoñaba la vieja
Terca en las vanguardias,
Como corazones que suturan
La vieja mentira occidente,
Patriarcado furioso,
Entre mis dientes, rigor mortis
El fin yace, este es el duelo.

Mientras rendía culto
Incertidumbre de éxtasis de amor,
Incertidumbre de bosquejos,
A carbón y acrílico viejo
Te retrato,
Invalidante,
Retrato de un compadecer.


No te apiades,
Hombre,
De la costilla, del respiro ausente
No fumigues mi ausencia,
Ni desates mis carnes,
Hombre fortuito,
Me ausento de vieja y de maltrecha,
Ante el venidero insulto.
Pero.

Hombre, no te compadezcas
de la memoria frágil,
Del recuerdo.
De los cabellos tirados como azares,
desatando derrames sangrientos al atardecer.
Del aroma a lagrima
Del hedor hambriento,
De goce extremo, de vómitos liberales
De mi cabeza
Rodando…
Y rodando,
En busca de la plena, belleza
Que retrata la mirada, sin discursos por sermones
Entre pierna y pierna,
Entre mano y mano, poro tras poro.
Yace la inocencia
Hombre.

Si me ausento,
No te compadezcas,
ni lastimes sensibilidad
No insultes,
Fragilidad.

Porque las pequeñas
De esas forjadas con acero crujiente
Que quema entrañas
Esas chiquitas, que se deshacen al viento
susurran, sueñan la redención
Pero yo, no!
Yo soy…
Una Mujer.

Atenea De Ninsar
(Natalia Zambrano)

jueves, 20 de agosto de 2009

Mártir callejero


Alguien, lograra grabar tus ojos en la retina,
Hacer de tu vida un firmamento,
Tu existencia la existencia de la pasión
Del sentimiento,
De la vida… eras creación,
Entre ojo y ojo abierto.
Parpadeo, un intenso parpadeo.

Inmortalizare cada destello de recuerdo
Entre gotas y gotas,
Yo jamás sabre donde te encuentras,
Que hiciste, tu sufrimiento…
Tus alegrías, tu esperanza de alimentos.

No sabre jamás.
De esa vida de perros.

Te recordare tal cual,
Como si fuese mi nombre,
y respeto
Merece tu descenso.

Inconclusa huella ha quedado,
Unos minutos marchitos,
Esos últimos que pasan en segundos.

Te quise, adore tu existencia
Te vi, impotencia.
No te pude seguir,
Ni pude salvar…
Solo te puedo decir:

Ninguna falta,
Ninguna falta se omite…
Te quise,
Te adore fugazmente.
Tu mirada.

Le has dado inicio a la “Revolución”.

Natalia Zambrano Rios
PTE.